Los niños que pueden comunicarse claramente con sus padres tienen más probabilidades de poder ayudar a su hijo enfermo. Los dolores de cabeza son un problema frecuente en todas las edades, incluso en los niños. Existen muchas posibilidades. Algunos síntomas pueden justificar una visita rápida a urgencias o al médico.
Veamos...
¿El niño tiene fiebre alta? Puede ser un signo de meningitis o gripe. Es una señal de alarma de que algo va muy mal. ¿Se permite al niño hacer deporte o participar en otras actividades que podrían causarle un traumatismo craneal? Una conmoción cerebral podría deberse a una caída de un monopatín o a un fuerte golpe con el balón de fútbol. Esto también requiere atención inmediata. Pregunta a tu familia si las migrañas son un problema habitual. Si las migrañas son la causa, es posible que también experimentes náuseas y vómitos.
- AINE: Medicamento antiinflamatorio no esteroideo. Los niños menores de 15 años no pueden tomar muchos de estos medicamentos. Consulta a tu pediatra si sientes la necesidad de aliviar el dolor. Podrías poner en peligro la salud de tu hijo si eliges el equivocado.
- Descansar: Un lugar fresco y oscuro puede ayudar con los dolores de cabeza. Se puede colocar un paño fresco y húmedo sobre la frente del niño. Como el ruido puede amplificar la mayoría de los dolores de cabeza, es importante que la habitación sea lo más silenciosa posible.
- Vapor: Puedes aliviar los senos nasales obstruidos o hinchados utilizando vapor. El vapor ayudará al niño a relajarse. El vapor aliviará el dolor y te asegurarás de que el niño no se queme con el agua. También puedes utilizar vapor hecho con una parte de vinagre y cuatro de agua. Llévalo a ebullición. Apaga el fuego y asegúrate de que el niño no se quema con el vapor.
- Té: Los niños pueden experimentar los mismos niveles de estrés que los adultos. Aunque las causas pueden ser diferentes, la respuesta es la misma. Puedes considerar el té de hierba gatera y manzanilla si tu hijo tiene más de seis años.
Nota final
Una vez más, asegúrese de consultar a su médico para comprobar que es seguro para su hijo. Este artículo no pretende sustituir al pediatra. Aunque su hijo no presente ninguno de estos síntomas graves, debe llevarlo al médico.